Fractal Families in New Millennium Narrative by Afro-Puerto Rican Women. Palabra de Mujer, de John T. Maddox IV, profesor de español y Estudios Afroamericanos en la Universidad de Alabama en Birmingham, consta de cuatro capítulos, dedicados a sendas escritoras, y un apéndice. En esta obra se realiza un análisis, en ocasiones comparativo, de novelas y cuentos escritos desde 2007 por cuatro mujeres puertorriqueñas de ascendencia africana, con el propósito de imaginar y reescribir los orígenes y la historia boricua, destacar el papel sobresaliente que tienen en ella las mujeres afrodescendientes y reivindicar su existencia en contraposición a la historia oficial.
Desde las primeras páginas se detectan en esta obra tintes de feminismo liberal y de la corriente historiográfica decolonialista, que ha tomado cierto impulso en los últimos años. Maddox IV se plantea como objetivo poner sobre la mesa el trabajo literario de Mayra Santos-Febres, Yolanda Arroyo Pizarro, Yvonne Denis-Rosario y Dahlma Llanos-Figueroa, y adentrarse en sus narraciones para desmenuzarlas y entrelazarlas, no sin repasar las críticas que en ocasiones han recibido, y con la intención de comprender, a partir de sus propias experiencias de vida, la manera como han imaginado a las mujeres de origen africano en su literatura.
El primer capítulo se centra en la escritora, novelista, ensayista y poeta puertorriqueña Mayra Santos-Febres y en sus más recientes novelas históricas: Fe en disfraz, de 2009, y La amante de Gardel, de 2015. Para Santos-Febres, la plantación familiar es esclavista, feudal y sexista, pero en sus narraciones se quebranta para construir en su lugar, con sus trozos, una familia fractal, es decir, fragmentada. El autor cita las opiniones sobre la obra de la también autora de La última noche que pasé contigo que han expresado las escritoras Helene Weldt-Basson y Alejandra Rivera Acevedo, así como la literata Diana Gumbar. El propio Maddox IV cree que Santos-Febres con su obra ha enriquecido la idea de nación como una «familia elegida», lo que ha contribuido a una tradición narrativa que extrañamente desembocó en un corte sadomasoquista en la literatura de Puerto Rico, y se propone exponer cómo la autora imagina a un investigador puertorriqueño llamado Martín Tirado, seducido por su supervisora venezolana de ascendencia africana, y cómo, durante una investigación en conjunto sobre mujeres latinoamericanas esclavas en Chicago, logran establecer una relación íntima compleja que les lleva a la creación de un nuevo tipo de comunidad. Las mujeres de La amante de Gardel logran crear su propia familia elegida, una comunidad internacional, y dejan ver la ascendencia negra de un cantante de tango de Argentina y Uruguay. Para el autor, la novela Fe en disfraz, que solo cuenta con un personaje histórico a pesar de ser de corte histórico, refleja más cómo las personas conciben la historia que cómo esta sucedió en realidad.
En la obra de Santos-Febres, a quien la literata Verónica Peñaranda-Angulo considera una feminista decolonial, se tratan temas como el erotismo, la violación, el consentimiento, el concubinato, el suicidio, la guerra, las sirvientas, las mujeres en situación de prostitución y los traumas intergeneracionales. La reproducción es la gran ausente. El autor del libro aquí reseñado ve en el personaje de Fe una autohumanización —si bien no opina lo mismo la filóloga y literata Rosario Méndez Panedas— y subraya que la misma Santos-Febres es consciente de la escasez de estudios sobre las narrativas latinoamericanas. Le parece también que lleva razón el literato Eleuterio Santiago-Díaz cuando sostiene que las personas de origen africano siempre han ocupado un papel secundario en el mito de la «gran familia» y que a lo largo de la historia han necesitado de una familia elegida, en la cual la sexualidad de las mujeres africanas históricamente se ha satanizado. La misma Santos-Febres, cabe señalar, reduce a objeto sexual a la protagonista de Fe en disfraz, a pesar de proclamarse crítica de esa costumbre. De hecho, cabe sospechar que la obra de Santos-Febres resulta más atractiva para un público lector interesado en la literatura erótica que en el que desea adentrarse en hechos históricos.
El profesor de la Universidad de Alabama contrasta sus propias opiniones sobre la obra de Santos-Febres con las de otros críticos, como Radost Rangelova, Victor Figueroa y Marie Ramos Rosado, y recuerda que, según se ha dicho, la novela trasciende el legado colonial de las relaciones interraciales. En coincidencia con la escritora Helene Weldt-Basson, Maddox IV apunta que Santos-Febres no da voz a las mujeres esclavizadas a través de sus personajes literarios, sino que, después de consultar archivos e historiografía no publicados, plasma sus propias ideas literatas de lo que ella imagina como real. Cabe preguntarse: ¿no representa esto una manera de volverlas a silenciar?
La amante de Gardel también se centra en mujeres de origen africano y la familia. La protagonista, Micaela Thorné, sostiene a lo largo de la novela un romance trasnacional con el cantante de tango más famoso de la historia, combinando lo que Maddox IV identifica como nostalgia, muerte y destrucción. En la novela corazón de viento, Santos-Febres enlista al secreto y al techné como temáticas centrales. La obra de Santos-Febres, sostiene él, deconstruye el binarismo entre puertorriqueños y latinoamericanos de origen africano, y en su obra no hay ningún signo revolucionario ni independentista, sino solo una suposición incierta sobre el futuro. Mayra Santos-Febres, concluye, bien pudo haber invertido menos tiempo hablando de hombres blancos para mejor centrarse en la participación de las mujeres en la historia.
En el segundo capítulo se analiza la obra de la novelista, cuentista y ensayista puertorriqueña Yolanda Arroyo Pizarro, que escribe nuevos mitos fundacionales para Puerto Rico basados en las cimarronas, lo que además constituye un retrato de la familia fractal. El trabajo de Arroyo Pizarro, agrega Maddox IV, resalta los vínculos de familiaridad de las mujeres de origen africano con África, con elementos como el amor, la muerte y la violencia. El análisis de este autor se centra en los cuentos del libro Las negras, publicado por Arroyo en 2016. En opinión de la literata Marie Ramos Rosado, esas historias son reflejo de las aportaciones de las mujeres negras de Puerto Rico y los medios que utilizaron para escapar de la esclavitud y lograr reconformar sus comunidades en la isla. Según este estudioso, en el relato titulado «Wanwe» Yolanda Arroyo enfatiza las estructuras de la familia matriarcal y la disolución de las familias africanas, así como la feminización idealizada africana que esas situaciones conllevan. Esto ha sido interpretado como erotismo lésbico por el abogado y literato Diego Falconí Trávez, algo con lo que el autor del volumen aquí reseñado no coincide. Él puntualiza que la autora emplea metáforas y usa la menstruación y las familias matrifocales para hacer una historia que se contrapone a la colonización y la esclavitud, en la que las mujeres aparecen como guerreras usando «lenguaje lésbico», pero sin que ninguna sea lesbiana en realidad.
Así, Maddox IV considera que la autora nacida en Guaynabo en 1970 juega con los tiempos y los orígenes, además de que escribe con enojo en contra del mito de que en las plantaciones esclavistas puertorriqueñas predominaba la armonía. Arroyo Pizarro hace énfasis en su propio origen africano, su ateísmo y su lesbianismo, considera que la religión es la familia en un sentido literal, y le parece importante escribir acerca de la violencia sexual hacia las personas esclavizadas. Arroyo, en su intento por reivindicar el papel de las mujeres de origen africano en Puerto Rico, les otorga, sin un sustento histórico real, un lugar protagónico en las rebeliones de personas esclavizadas, y a lo largo de su obra el patriarcado y el racismo están muy presentes, pero su objetivo no es de ninguna manera victimizarlas, sino otorgarles un papel heroico, en el que incluso el infanticidio aparece como liberador de la condición de esclavitud y el asesinato como venganza hacia los blancos. Maddox IV concluye que esta cuentista se empeña en buscar en el pasado a mujeres esclavizadas y lesbianas de origen africano que, a través del homoerotismo, sean modelos a seguir para futuras generaciones.
En el tercer capítulo, el autor analiza los relatos de la escritora y poeta puertorriqueña Yvonne Denis-Rosario, acerca de familias de origen africano, reunidos en el volumen Capá prieto, y que le han valido que la profesora e investigadora de literatura Amarilis Hidalgo de Jesús la considere una de las escritoras más relevantes de esta generación. En su trabajo se abordan el tema de la esclavitud y su relación con la Iglesia católica, el desarraigo de personas pobres de origen africano y los líderes de la liberación, pero también ha dado cabida en su obra a acontecimientos históricos más recientes. Para Maddox IV, el título, Capá prieto, evoca la sociedad secreta que el afrodescendiente independentista Ramón Emeterio Betances fundó en el siglo XIX. Señala también que «afro» y «puertorriqueño» no son una contradicción en el texto, pero sí observa una diferencia en las maneras como Denis-Rosario y Santos-Febres representan a las mujeres. En la obra de Denis-Rosario ve cómo la literatura sigue luchando para que las familias afrodescendientes tengan un lugar en la familia nacional puertorriqueña y se pague una deuda histórica, y subraya su interés por representar la diversidad étnica en la literatura infantil con una clara una postura frente a las ideas en torno a la «pureza de raza». Nota también en los relatos de esta autora nacida en 1967 reiteradas alusiones a la muerte, así como un propósito consciente de evadir el estereotipo de sensualidad que pesa sobre las mulatas.
El cuarto y último capítulo está dedicado a la novelista puertorriqueña Dahlma Llanos-Figueroa, alguien que da un lugar importante en su obra a la historia de los afropuertorriqueños e imagina un nuevo modelo de comunidad para ellos. Daughters of the Stone es, sostiene Maddox IV, la revisión más explícita y completa de la familia puertorriqueña. En esta novela se muestra a los afrodescendientes peleando por su derecho de agencia y justicia en la plantación colonial. En sus páginas, las personas de origen africano libres y esclavizadas alcanzan mucho poder, algo que, si bien es históricamente poco probable, lleva implícito el deseo de pertenencia a la comunidad de Puerto Rico y a la diáspora africana. En esta primera novela de la autora puertorriqueña radicada en Nueva York hay una familia matrilineal que logra su meta con la ayuda de la diosa Oshun, cuyo papel en la novela analiza Maddox IV a profundidad. En Llanos-Figueroa se mezclan la historia y la imaginación para abordar temas como la venganza, la violación, el catolicismo, el sufrimiento humano, el infanticidio, el patriarcado y los movimientos feministas y la herencia de tierras de personas de origen africano, con hincapié en la exclusión de la palabra de mujeres negras en la literatura. Estas mujeres, de acuerdo con Dahlma Llanos-Figueroa, deben buscar fuentes de poder en sus ancestros espirituales. Dado que esta autora a lo largo de los años regresó a su patria natal a visitar la ciudad de Carolina, al este de San Juan, sugiere Maddox IV que tal vez su perspectiva esté muy influida por ese lugar. Tanto para ella como para el estudioso de su obra, la historia oral de las mujeres preserva una historia familiar que no se encuentra en los libros de historia ni en los medios digitales.
Finalmente, el apéndice consta de una serie de entrevistas de Maddox IV con estas cuatro autoras que han encontrado en la literatura un medio para imaginar Puerto Rico, no como una sociedad colonial, patriarcal y racista, sino como un lugar en el que las familias giran en torno a las mujeres y donde estás destacan por sus propios méritos.
Maddox IV concluye que la población afroboricua es una familia fractal y que resulta importante considerar el origen étnico de las autoras para una mejor comprensión de sus obras y su contribución a la literatura, así como tener presentes sus aportaciones a la historia de la población de origen africano en Puerto Rico, especialmente la de las mujeres. Agrega que es su deseo sumarse a los esfuerzos por cambiar la forma de leer literatura.
Fractal Families in New Millennium Narrative by Afro-Puerto Rican Women parte de fuentes literarias, más que históricas, y cumple con su objetivo de analizar la obra de cuatro mujeres de origen africano que se han preocupado por escribir sobre la situación de la población afrodescendiente en Puerto Rico, mezclando la historia con elementos de su imaginación. El trabajo realizado por John T. Maddox IV es relevante porque pocas veces se analiza la literatura desde la historia, o más allá del mensaje de las novelas que tratan sobre personas de origen africano. Esta obra es un ejemplo para que también en otros sitios donde se ha escrito literatura con personajes afrodescendientes se analice a la población de origen africano, por ejemplo, en el Caribe y en el Pacífico, especialmente en Colombia, República Dominicana, Brasil, Cuba (donde la escritora cubana Wendy Guerra publicó en 2013 la novela Negra) y México (donde en 1944 el escritor, etnólogo y guionista de cine mexicano Francisco Rojas González publicó la novela La negra Angustias, aunque sin hacer en ningún momento referencia al origen africano de la protagonista), y propiciar así el diálogo interdisciplinar entre la historia y la literatura.